domingo, 26 de agosto de 2012

ESTA ES MI PROSA





Hoy es de esos días en que tengo la sensibilidad al borde de reventar, de expandirse por mi sangre, de salir al vacío en forma de nítido esputo.
Hoy es de esos días en que palabras atinadas, con más o menos suerte, me hacen estremecerme. Me levanto, lloro, río, siento, me vanaglorio, me detesto, me autodestruyo alimentando mi sistema cerebral con memorias, con sensaciones presentes, con el pasado, lo que era, lo que fui, lo que dejé de ser, lo que estoy siendo ahora mismo.
Me siento una persona…. No sé… especial? Sin ánimo de ego.. Me siento amado, odiado, repugnado, deseado, absolutamente desquiciado mentalmente.
Lo días se suceden, sol, niebla, rutinas, personas, humos, sudores, placeres…. Pero todo me suena a la misma canción con distinto tempo.
Cada día crezco, me nutro del bien y del mal, practico el canibalismo emocional conmigo mismo, y es algo que me hace sentir bien, me gusta que mis emociones sean devastadoras, me gusta anclarme al pasado aunque  tenga el ojo puesto en el presente, necesito de mi, de mis experiencias, para poder seguir creciendo y aprendiendo. Necesito amar a la gente que ya no me ama, necesito desprenderme del rencor, del dolor, necesito miles de colores en la paleta con la que pretendo reflejar a base de pinceladas lo que es mi vida, necesito la autodestrucción, necesito pajearme mentalmente, el día que deje de hacerlo mal asunto. Necesito curtirme en mil batallas más, necesito buscarme un problema al que darle vueltas las 24 horas del día sin excepción, necesito sentir que hay personas espectaculares esperando en mi puerta, necesito amar y odiar, necesito la música, esa que está presente todos los días del frío y caluroso año que acontece en esta ciudad, necesito dejarme llevar, necesitaría dejar la mente en blanco, pero me es prácticamente imposible, lo he intentado, y no hay tu tía.
Quiero ser ignorante, absurdo, el rey del humor, el rey de las emociones, quiero crear, quiero seguir emocionando a la gente con mis palabras, normalmente no busco nada a cambio, hay algo en mi organismo que se retuerce de placer cuando siento que estoy haciendo feliz a la gente. Me apasiona apasionarme, entregarme, dar todo de mí, y si en algún ciclo de mi vida siento que he dado todo y paso a otro capítulo, renazco como un nuevo Roque, más curtido, menos esperanzado, más sabio, más fuerte, más tonto…
Agradecido estoy a todas las personas que han escrito las páginas del libro de mi vida, a mis amigos, a mi familia, a César, por hacerme ver las distintas caras de la misma moneda, a mi manera, te quiero, y siempre te querré, porque aunque seas algo extinto, hay llamas que ni con el mar. Me gusta desbordar pasión, es por ello que no pienso omitir mención a quien debe aquí figurar.
Me encanta haber nacido, haberme deprimido, haberme subido a mi mismo a la cima más alta, desde la cual me doy grandes ostias de vez en cuando, pero necesito pegarme esas ostias fríamente, no molesto a nadie, no hago caso a nadie, actúo y siento por propia autonomía.
Soy feliz…… e infeliz….quién no se clasifique entre un término y otro miente. Lucho por mantener un buen aspecto, pero eso ya no me acaba satisfaciendo tanto como lo hace la guapura que a veces siento por dentro, la calidad humana, que a mi modo de ver, está muy infravalorada. Lucho porque la gente que me rodea marque una diferencia, porque cuando dejan de hacerlo, acaban por serme indiferentes, acaban por esfumarse de mí y de mi ser.
Me gusta haber vivido los 26 años que llevo tras de mí con intensidad, sintiendo cada instante, sonriendo, amando, llorando, sufriendo, follándome a la vida con fervor. Me gusta salpicar de sangre todo lo que hago, me gusta verter y reflejar todo lo que llevo dentro a través de mis actos, a través de mis sonrisas y lágrimas, a través de mis letras, a través de mi disfraz de calle.
No sé lo que se me viene el día de mañana, cada día que acaba pienso en las mismas cosas, unas permanecen, otras se van conforme vienen. Lo único que pienso ahora es que no quiero perder las ganas de aprender ni todo lo anterior descrito. Quiero que Roque porte algo especial, que no sea uno más, con todo el sacrificio que conlleva, pero en realidad es un infierno dulce y glorificante porque no hay mayor placer y satisfacción que el de satisfacerse satisfaciendo.

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